Así que el anonimato online no es infalible, ni tampoco deseable en todos los casos. Como en la vida real, es un juego al que uno decide jugar, en unos casos obligado comó única vía para defender derechos fundamentales, y en otros como opción fácil para eludir cobarde y vilmente responsabilidades por acciones que jamás realizaría ‘dando la cara’. De forma lícita o ilícita, respectivamente.
Muy buen articulo la verdad.
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